En la comida previa a los Oscars del 2019, los últimos donde la mascarilla no era un complemento aceptable, un tipo llamado Brad Pitt dio una exhibición.
Para dar una exhibición siendo Brad Pitt basta con asomar tu careto, pero no va por ahí.
En este evento, que junta a nominados con prensa y con más gente del cine, tienen una tradición. Como no todos son conocidos la organización reparte a los invitados una chapita con su nombre y profesión.
Tú llegas al evento, das tu nombre y te dan la chapita.
Seguro que te suena.
Lo curioso es que si miras las fotos no ves a casi nadie con su chapita.
Supongo que no encaja en sus outfits o, todavía más probable, se consideran lo bastante importantes como para no tener que usarla.
—Por favor, que yo soy Matthew McConaughey, gran actor y mejor contraseña, no necesito chapita.
Bueno, no todos la rechazaban, porque de los pocos que la llevaban, y el único que podría no llevarla porque su careto es lo más reconocible del mundo, la llevaba.
Al día siguiente la foto en la prensa no era ningún outfit rompedor, ni ninguna sonrisa forzada de photocall, era el puto Brad Pitt, hablando con un desconocido, con una chapa que ponía BRAD PITT.
Como si le hiciera falta.
El desconocido no sabemos quién es porque no llevaba chapa.
Da igual los libros de influencia, persuasión o éxito en la vida que hayas leído, todos recogen una idea como base. Dale Carnegie lo llama de una forma, Robert Cialdini de otra, Scott Adams... da igual, es lo mismo, y es justo lo que hizo Brad Pitt.
Es, con mucha probabilidad, la idea más sencilla de ejecutar y al mismo tiempo la más difícil de asumir, porque apunta a nuestro instinto más profundo, el de reconocimiento.
Solo entender esto multiplica tu capacidad de influencia hasta unos límites que la mayoría no puede ni imaginarse.
Porque la mayoría se cree que no necesita chapita, pero luego llega el único que de verdad no la necesita y no solo se la pone, sino que escucha mientras el otro habla.
Y entonces, la foto siempre te la terminan haciendo a ti.
Para aprender esto, para verlo desde la perspectiva de los mejores, tengo una suscripción que lo enseña.
Desde el primer bloque, en el que hablamos de historias, email marketing y persuasión, esta idea siempre nos acompaña.
Hablando de este primer bloque, en concreto tras leer el primer email, un lector (ahora suscriptor) que sacó la tarjeta me dijo:
Opinión no solicitada:
He hecho los cursos de Isra Bravo y son la hostia pero solo la idea que das en las explicaciones de los mails del stack de persuasión vale los 120 pavos, se complementa con ellos y los completa (a lo mejor yo soy muy tonto y no había caído).
Vamos que estoy feliz solo habiendo recibido un mail.
Gracias!
Ese primer email, el stack de persuasión y todas esas explicaciones te llegan cuando te suscribes aquí:
genteinvencible.com/bradpitt
P.D. En la opinión de este suscriptor hay un detalle en el que se puede apreciar la misma idea de la chapita de Brad Pitt. Si no te quieres suscribir y eres lo bastante fino lo habrás pillado.
Y si lo has pillado, entonces lo que vas a leer tras sacar la tarjeta te va a flipar.
genteinvencible.com/chapita
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