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Hoy me apetece escribir sobre el f*ck you money, pero lo haré desde un punto de vista diferente al habitual. Ni mejor ni peor, solo diferente.
Creo que hay una serie de factores cruciales que, por cobardía, la mayoría de la gente que persigue el f*ck you money prefiere ignorar.
Y eso es un error de primero de preescolar financiero.
Ignorar estos factores es como vivir en un mundo de esponjosos muffins rellenos de chocolate con aroma de vainilla. Primero te empachas y luego llegan los kilos de más.
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Ponte cómodo y te explico:
💀 1. Memento mori
Antes o después te vas (nos vamos) a morir. Es un hecho. Si es después, mucho mejor; pero podría ser antes.
Un infarto, un ictus, un accidente de coche…
No quiero parecer pesimista, pero es importante tener siempre presente que no sabemos qué nos depara la vida. Podría ser felicidad, salud y dinero, pero también podría ser otra cosa.
Por esta razón, el f*ck you money nunca puede ser un fin, sino un medio.
- Veinte años
soñando con el día de mañana y no disfrutando del presente, del hoy, son veinte años irrecuperables.
- Diez años de lonchafinismo extremo, sin viajar y sin pasar buenos ratos con los amigos para no gastar, son diez años irrecuperables.
- Cinco años de jornadas de trabajo extenuantes, con tu familia relegada a un segundo plano, son cinco años irrecuperables (y es tarjeta roja).
Por favor, detente un momento a pensar en lo siguiente: ¿Tu vida es bonita hoy?
Es decir, ¿tienes buena salud? ¿Te sientes feliz rodeado de amigos? ¿Tu pareja te abraza y tus hijos te dicen “papi”?
Pues disfrútalo, coño;
eres un puto privilegiado.
El f*ck you money pretende reforzar esos sentimientos y esas emociones, pero nunca, jamás, bajo ningún concepto, podrá llegar a reemplazarlas.
El destino es importante, sí; pero el camino lo es mucho más.
Disfrútalo, joder, disfrútalo.
🖕 2. “Que te jodan”
¿Quieres irte a vivir al sudeste asiático? ¿De verdad quieres pasar el resto de tu vida rodeado de mosquitos?
- “Que te jodan”.
¿Tanto ahorrar para acabar retirado en una granja perdida en mitad del campo? ¿Limpiando mierda de cabras y gallinas, en serio?
- “Que te jodan”.
¿Con tres millones en el banco y sigues trabajando? ¿No vas a parar nunca, puto pringao?
- “Que te jodan”.
Desde la posición f*ck you money puedes hacer y deshacer con tu vida como te salga de las pelotas. No lo olvides.
No tienes que darle explicaciones a nadie ni debes elegir una plantilla de f*ck you money prediseñada con la que hacer feliz al tuitero de turno.
No hay dos f*ck you money iguales.
Alcanzada la posición “que te jodan”, hay quién decide convertirse en nómada digital, otros se dedican a su pasión creativa, algunos se convierten en voluntarios en sus comunidades, otros no cambian ni el más mínimo ápice de su estilo de vida… ¿Qué más da?
- “Que te jodan,
hijo de p*ta”.
Si el f*ck you money va de alcanzar la felicidad por la vía de la libertad, ¿por qué tratar de encasillarlo? ¿Por qué intentar definir qué es f*ck you money y qué no? ¿Por qué tantos manuales de instrucciones para gestionar tu
futuro?
Menos consejitos y más sentido común.
Persigue el tipo de f*ck you money que te resulte más sexy, con el que te sientas más cómodo, el que mejor se adapte a tu forma de vida.
Y que nadie te toque los huevos.
👧🏻 3. Los hijos cuentan (e incrementan tu fragilidad)
La mayoría de las personas que conozco que han alcanzado la libertad financiera (o que están muy cerca de alcanzarla) no tienen hijos.
No es casualidad.
Nos puede gustar más o menos, pero los hijos cuestan dinero y tienen un peso determinante en el éxito o fracaso de tus planes financieros. Si alguien te dice lo contrario, te está faltando el respeto.
Ojo, no pretendo abrir un debate sobre si “hijos sí” o “hijos no”. Esa no es mi guerra. Yo tengo dos hijos y no los cambio por nada en el mundo. Ellos le dan sentido a mi vida, pero…
...es una realidad matemática e incuestionable que, cuando se trata de dinero, el nacimiento de un hijo es un punto de inflexión muy importante (a.k.a. agujero negro).
Si antes de tener hijos gastabas “x”, después de tenerlos gastarás “x + y”.
¿Y cuánto es “y”? Pues depende.
En mi caso:
- 6.574,56 euros en 2021.
- 3.811,80 en 2020.
- 5.380,53 euros en 2019.
Hablamos de casi 16k pavos a lo largo de tres años: de media, más de 400€ al mes.
Y te hablo de gastos directos, ojo; si incluyera los indirectos (por ejemplo, la comida o los desplazamientos en coche por temas infantiles) sería mucho más.
Por tanto, de nada sirve fliparse y cocinar al gusto los números de la IF. Hay que tener los pies en la Tierra: tu Excel
pre-hijos no tendrá nada que ver con tu Excel post-hijos.
Pero no te confundas.
Con esta reflexión no pretendo, ni muchísimo menos, quitarte las ganas de hacer de tu hogar un lugar más cálido y divertido.
Solo quiero que tengas claro que cuando se trata de libertad financiera (e incluso de f*ck you
money), los hijos cuentan.
🧠 4. Si quieres ser parte del 1% no puedes vivir como el 99%
La mayoría de la gente es muy “ya tal”, que diría el bueno de Rajoy. La lobotomización funcionó con ellos.
Como consecuencia de esto, los que aspiramos a ser dueños de nuestras vidas y de nuestro tiempo somos los “raritos”.
O, al menos, eso dicen ellos.
Y es que claro, ellos son el 99% y
nosotros solo somos el 1%. Jugamos en minoría. Somos David contra Goliat.
- Dónde el 99% dice gasta, nosotros decimos ahorra.
- Dónde el 99% dice ahorra, nosotros decimos aumenta tus ingresos.
- Dónde el 99% dice cómoda cuota, nosotros decimos pago al contado.
- Dónde el 99% dice cuenta de ahorro, nosotros decimos mercado de valores.
- Dónde el 99% dice Cruzcampo, nosotros decimos acaba con la vida de esa persona para que deje de sufrir, por favor.
Es jodido esto de ser “el raro”, la verdad. Mucho más de lo que lo parece.
Vivir a contracorriente no es fácil, sino todo lo contrario. Necesitas una psique muy fuerte a prueba de lonchafinistas, porqueyolovalguistas, cuñaos, trolls financieros y resto de fauna.
Si no tienes las ideas claras y una gran fortaleza mental, en algún momento podrías flaquear y pensar “es imposible conseguirlo”. Si eso llegase a pasar, automáticamente regresarías a la senda de la
mediocridad. Al 99%.
¡No lo permitas!
Desafortunadamente, para evitar que esto ocurra no hay recetas mágicas. El único truco que conozco es el de echarle muchos cojones. ¿Tú los tienes?
🛫 5. El arbitraje juega un papel destacado
No gasta lo mismo alguien que vive en un pueblo de la Andalucía de interior que otro que se hipoteca para vivir en Madriz.
Tampoco gana lo mismo un ingeniero que acepta un empleo en Sevilla que otro que decide hacer las maletas y buscarse la vida en Dublín.
¿Y qué me dices del prestiogioso analista que gana 12k al mes trabajando en la gran manzana de Nueva York? Igual le saldría más a cuenta ganar una décima parte
trabajando a distancia desde Indonesia.
Cuando se trata de dinero, el arbitraje geográfico juega un papel muy destacado.
A 35 min de la Costa del Sol los gastos fijos se reducen a la mitad y tu capacidad de ahorro se multiplica. Cuando me di cuenta de esto, en mi entorno me llamaron loco.
Es importante entender que el arbitraje no solo juega un papel destacado antes de alcanzar el f*ck you money, sino también después, una vez que ya lo has
conseguido.
Piénsalo.
Si tienes 45 años y un patrimonio neto de medio millón de euros, en España te jubilas como un mendigo (o casi), pero serías el puto rey del mambo en Costa Rica o en Bali.
Si la Sra Nudista y un servidor fuésemos animales salvajes sin cargas familiares ya estaríamos retirados y tostándonos el culo en una playa del sudeste asiático. El arbitraje lo es todo.
🎁 6. El mundo es una caja de sorpresas
De los 4.500 millones de años que tiene el planeta Tierra, tú y yo llevamos en él… ¿25 años? ¿30? ¿45?
No sé, pero si dividimos 30 años entre 4.500 millones de años a mí me sale un porcentaje poco representativo, tirando para residual.
La razón por la que te digo esto es sencilla:
Si crees que la historia de la humanidad se resume en tus 30 o 40 primaveras, lo mismo te falta calle.
El último medio siglo ha sido bonito, no te diré que no: prosperidad,
riqueza, avances médicos, bailes en Tik Tok, pero…
…quizás hemos cometido el inocente error de normalizar ese minúsculo (y poco representativo) intervalo temporal, y autoconvencernos de que así es como va a seguir siendo siempre.
Pues no,
mi querido suscriptor, no es lo normal. Y a los últimos hechos me remito.
Por culpa de una pandemia casi nos volvemos majaretas. Y ahora los rusos amenazando con una guerra nuclear… Una puta guerra nuclear en 2022, ¿qué coño me estás contando?
¿Tú crees que con eventos de este tipo podemos soñar con jubilarnos a los 40 años?
Basta una orden política y toda la pasta que tenemos invertida en los mercados financieros podría quedar bloqueada y no estar disponible.
Cuando eso pase vete a quemar contenedores, pero antes mira dentro por si quedasen restos de comida en buen estado.
Ojo.
Insisto con lo que decía al principio del email: no pretengo ir de pesimista, ni que te preocupes, pero sí que tomes conciencia de la situación: no podemos controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor. Es imposible.
Y el mundo está loco.
Taleb te diría que aproveches esa fragilidad para volverte más antifragilidad. No puedo estar más de acuerdo con él: a río revuelto, ganancia de pescadores.
Hora de acabar.
Volvemos a hablar pronto.
Un fuerte abrazo,
Nudista Investor
P.D. El próximo mes de noviembre volveré a aceptar suscripciones en mi membresía. La fecha exacta aún no la he decidido aún, pero sí sé que será en noviembre.
Por si las moscas, yo pondría a calentar a tu tarjeta, no vaya a ser que le pille en baja forma y quiera salir a jugar :)
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