Si no te has partido la caja con el asunto del correo es que eres demasiado joven. Si lo has hecho recordarás a una concursante de Miss Panamá diciendo ya esa famosa frase que completa diciendo que Confucio fue uno de los chino-japonés más antiguos. Una joya auténtica Pero no nos quedemos en las risas, por lo que sí que quiero regalarte una joya real de Confucio, pero antes déjame que te cuente por qué ha venido a mí el gran Confucio. La semana pasada tuve una reunión con un competidores. Sí, con un competidor, alguien que puede quitarme clientes y yo a él. Esto si eres una persona normal no te parece un escándalo, no obstante, como la normalidad no es norma, me encuentro con mucha, mucha gente que no entiende eso de relacionarse con competidores. Hasta aquí la lección número 1 de hoy Seguimos Este tipo, que me sorprendió gratamente por su inteligencia y lucidez tiene un buen negocio montado: millones de entradas vendidas, buena facturación, reconocimiento de marca en el mercado… Vamos, que le va bien joder, y yo que me alegro, me alegro que a la gente inteligente le vaya bien. Este tipo iba en camisa Burberry rosita y chinos, hacía la vídeollamada desde su oficina de Barcelona donde tiene que gestionar a más de 75 trabajadores. Mientras tanto yo estaba en mi casa de Tenerife, en bermudas y con una camiseta sin marca con mis 10 trabajadores desde sus casas.
Desde que empecé mi segunda vida no paro de buscar estrategias, atajos y herramientas laborales que me ayuden a seguir por el camino que yo considero adecuado. Desde entonces descubrí el concepto de antifragilidad y opcionalidad. Profundicé en la importancia de la audiencia y la marca personal. Y de manera más reciente abracé una forma de hacer dinero a través de algo que casi todo el mundo hacemos en nuestro día a día
Programa de acompañamiento para emprendedores y negocios. 80€ /mes. PD: solo para los que estén dentro antes de este domingo a las 23:59h
Si te han reenviado este correo y quieres recibir más, apúntate en emprendemelon.com |